En las comarcas del Bajo Aragón, entre Teruel y Zaragoza, el melocotón es uno de los cultivos más tradicionales, como muestra que las plantaciones son de una variedad autóctona, llamada "amarillo tardío", y también de Calanda. Se trata de un fruto dulce y jugoso, que además desarrolla todas sus propiedades gracias al trabajo de los agricultores, que realizan manualmente las distintas tareas que dan a este fruto toda su personalidad.
El aclareo consiste en la eliminación manual del 70% de los frutos de cada árbol, dejando unos veinte centímetros entre los que se conservan; así, a costa de reducir la producción, se consiguen uso melocotones que destacan por su tamaño y carne firme.
Después estas frutas se protegen al máximo mediante su embolsado individual, donde maduran al abrigo de plagas, golpes y contaminaciones, durante un mínimo de nueve semanas.
Finalmente, la recolección se realiza también a mano, esperando el momento óptimo de maduración de cada pieza.
Desde 1999, este trabajo está reconocido con el aval de la Denominación de Origen, y con los controles que ésta conlleva. Más de 1.300 hectáreas de árboles y 27 empresas comercializadoras producen así un melocotón sin igual en todo el mundo."